Durante su homilía, monseñor Bokalic dijo, en alusión a la Ascensión de Jesús, que él "ya no está visible para anunciar la buena noticia a la humanidad", por lo que la misión ahora es de sus seguidores para proclamar "que hay un Dios que quiere que hombres y mujeres vivamos en plenitud, establecer entre Jesús y la humanidad una relación personal y un seguimiento".
"Anunciar el evangelio es comprometernos a mejorar nuestro mundo para que haya menos pobres y menos enfermos; menos odios y menos guerras; es denunciar con fuerza la injusticia y el mal que está enquistado entre nosotros; en nuestros corazones; pero también esa injusticia y esa corruptela están enquistadas en nuestras estructuras sociales, política y, a veces, también en nuestras estructuras religiosas", enfatizó el prelado.
Y concluyó: "Es en definitiva, Jesús nos invita a que estemos abiertos a su acción y compartirla con tantos hermanos que viven en la oscuridad, en el miedo, en la angustia, en la desesperación, en la bronca, en los enojos, en tantos signos de violencia que se despiertan en nuestra convivencia cotidiana".
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