“La experiencia empírica me indica que la designación de jueces a través de un mecanismo como el utilizado por el gobierno no es correcta. Ratifico mi posición de que los jueces que ocupen los cargos más altos del Poder Judicial no pueden ser objeto de tanto rechazo”, expresó.

En un nuevo gesto de distanciamiento del Gobierno, Mauricio Macri, jefe de Pro, criticó anoche la decisión del presidente Javier Milei de designar por decreto, y en comisión por un año, al juez federal Ariel Lijo y al catedrático Manuel García-Mansilla, para llenar las vacantes de la Corte Suprema.
“La experiencia empírica me indica que la designación de jueces a través de un mecanismo como el utilizado por el gobierno no es correcta. Ratifico mi posición de que los jueces que ocupen los cargos más altos del Poder Judicial no pueden ser objeto de tanto rechazo”, expresó.
El exmandatario se manifestó minutos antes de las 23, en el cierre de una jornada en que Pro volvió a exhibir sus divisiones internas. Es que Macri encabezó en la tarde de ayer una reunión de la “mesa ejecutiva” de la fuerza en la que no logró conciliar visiones en torno a la idea de emitir una declaración partidaria para criticar el mecanismo al que apeló Milei para nombrar a Lijo y García Mansilla en el máximo tribunal del país.
“La confianza en la justicia y en las instituciones es una condición indispensable para la estabilidad de la democracia y la prosperidad del país. Mi posición es la mayoritaria dentro del Pro, como quedó plasmada en el informe producido por la Fundación Pensar”, puntualizó Macri, en un comunicado que difundió a través de su cuenta de X.
Como anticipó ayer LA NACION, los ejes de la argumentación que utilizó Macri para oponerse a la medida se desprenden de un informe elaborado por Martín Casares, exjefe de Gabinete de Germán Garavano en el Ministerio de Justicia y secretario general del Colegio Público de Abogados de la Capital. En ese documento, Casares, coordinador del área de Justicia de la Fundación Pensar, el think tank macrista, arguyó que la designación de jueces por decreto “impacta negativamente en la seguridad jurídica y la confianza pública en las decisiones judiciales”.
Hasta hace pocas horas, los colaboradores de Macri descartaban la posibilidad de que se pronunciara sobre la jugada de Milei, que anticipa un conflicto de poderes.
En el texto de su comunicado, el expresidente parece hacer referencia a su intento de nombrar, en diciembre de 2015, a Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz con el mismo instrumento utilizado por Milei: “La experiencia empírica me indica que la designación de jueces a través de un mecanismo como el utilizado por el gobierno no es correcta”, advirtió.
Durante su mandato presidencial, Macri designó por decreto a Rosenkrantz y Rosatti. Sin embargo, frente a una ola de críticas, el exmandatario debió recurrir al procedimiento ordinario y envió los pliegos al Congreso para su tratamiento. Ambos jueces llegaron a la Corte una vez que el Senado les prestó acuerdo con los dos tercios de los presentes, como establece la Constitución. Según Macri, ambos candidatos no generaban un “debate” ni fueron cuestionados como ocurrió con el caso de Lijo. Y, por eso, terminaron siendo avalados por la Cámara alta.
Los consejeros de Macri resaltaron que el jefe de Pro admite que fue una “equivocación” avanzar por decreto con los nombramientos de Rosenkrantz y Rosatti. “Luego lo corregimos y conseguimos los consensos necesarios en el Senado, cosa que ahora no estaría ocurriendo con Lijo y Mansilla”, señalaron cerca del exmandatario. De hecho, la Corte no les tomó juramento a Rosenkrantz y Rosatti hasta que recibieron el visto bueno del Senado.
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